En la mayoría de películas que Disney nos presenta sus protagonistas suelen ser huérfanos, por ejemplo Blanca Nieves, Tarzán, Simba, Bambi y un largo etc. Seguro en algún momento te preguntaste ¿por qué? Aquí te contaremos la aterradora razón.
Walt Disney vivió los primeros años de su infancia con absoluta felicidad. Sus padres tenían una granja y al ser pequeño y no poder ayudar en las tareas se dedicaba la mayor parte del tiempo a jugar junto a su hermana.
Las cosas se empezaron a complicar cuando su padre se puso enfermo con fiebre tifoidea y a la familia no le quedó más remedio que vender la granja que tan felices les había hecho. Se mudaron a Kansas city y la felicidad de Walt Disney comenzó a desvanecer.
Walt Disney no fue un buen estudiante: trabajaba repartiendo periódicos, le costaba mucho concentrarse y se quedaba dormido en clase. Su talento para el dibujo fue descubierto entorno al 1920. A partir de este momento comenzó a ganar dinero y una de sus metas era la de dar a sus padres un buen hogar. Tras el éxito de Blancanieves, en el 1938 Walt compró una casa para sus padres
Walt Disney le compró una casa, en Los Ángeles (Estados Unidos), a sus padres. A pesar de que puso al mejor personal para equiparla, a los días de mudarse sus padres notaron un extraño olor. El calentador empezó a fallar y su madre le avisó para que venga a repararlo, pero él estaba muy ocupado y no respondió a tiempo.
Al día siguiente, el ama de llaves llegó al lugar y encontró a los señores Disney inconscientes en el piso. La madre falleció y el padre quedó en estado crítico. Walt pocas veces mencionó el tema, sentía culpa por haber comprado la vivienda y “causar” la muerte de su mamá.
La orfandad en las películas de Disney fue la forma de expresar cómo se sintió por la pérdida de su madre, de la que se culpó hasta su último día. Por lo que él siempre buscó que los niños se identificaran con su tragedia y aprecien a sus padres. De ahí que muchos de los personajes de Disney sean huérfanos. Todo es debido a la profunda tristeza y sentimiento de culpa que tenía el creador de la saga de dibujos más famosa de todos los tiempos.
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